Es muy difícil sentarse a la mesa y tratar de comer comida sana si vemos que la persona que se sienta a nuestro lado se alimenta con algo que no está en nuestro dieta. Vamos, admitámoslo, ¿cuántas veces hemos quebrado nuestro régimen para comer algo que otro estaba comiendo? Muchas.
Ahora se ha demostrado que aquéllas personas que se sientan a comer junto con otras normalmente adoptan sus hábitos alimenticios y más si esos hábitos son “malos”. El esfuerzo de querer adelgazar puede irse por el excusado si nos tentamos con la comida del otro.
La Universidad de Duke, en Carolina del Norte, realizó un estudio entre sus alumnos donde veían que tipo de comidas comían los adolescentes. Se demostró que aquellos que se sentaban con su plato dietético cerca de los que se alimentaban con comidas llenas de calorías terminaban siguiendo los hábitos del que comía “mal”.
Este estudio fue publicado por el Journal of Consumer Research y reveló que las personas imitan a aquéllas que comen cerca de ellas.
Varios investigadores, encargados del proyecto, afirmaron: “Una persona que observa el comportamiento alimentario de otra va a exhibir un patrón similar a la hora de elegir qué comer”.
En definitiva se demuestra que las personas copian hábitos y esto los puede llevar a dejar de lado una dieta sólo para comer lo que el otro está comiendo. De esta manera se engorda y no se logra tener un control sobre las comidas.
Los especialistas agregaron: “Esto indica que las preferencias pueden cambiar como resultado de un acto de imitación, que no es intencional, del comportamiento de otro”.
Ahora se ha demostrado que aquéllas personas que se sientan a comer junto con otras normalmente adoptan sus hábitos alimenticios y más si esos hábitos son “malos”. El esfuerzo de querer adelgazar puede irse por el excusado si nos tentamos con la comida del otro.
La Universidad de Duke, en Carolina del Norte, realizó un estudio entre sus alumnos donde veían que tipo de comidas comían los adolescentes. Se demostró que aquellos que se sentaban con su plato dietético cerca de los que se alimentaban con comidas llenas de calorías terminaban siguiendo los hábitos del que comía “mal”.
Este estudio fue publicado por el Journal of Consumer Research y reveló que las personas imitan a aquéllas que comen cerca de ellas.
Varios investigadores, encargados del proyecto, afirmaron: “Una persona que observa el comportamiento alimentario de otra va a exhibir un patrón similar a la hora de elegir qué comer”.
En definitiva se demuestra que las personas copian hábitos y esto los puede llevar a dejar de lado una dieta sólo para comer lo que el otro está comiendo. De esta manera se engorda y no se logra tener un control sobre las comidas.
Los especialistas agregaron: “Esto indica que las preferencias pueden cambiar como resultado de un acto de imitación, que no es intencional, del comportamiento de otro”.
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