Comer afuera es una de las cosas más interesantes y entretenidas que hacer cuando se está en pareja, por ejemplo. También es muy divertido hacerlo con amigos o la misma familia. Pero deja de ser así cuando se ve un aumento marcado de la obesidad.
Estudios recientes afirman que el salir a comer afuera no engorda tanto, sino que es el lugar donde se va a comer el que hace engordar. ¿Cómo es esto? Así...
Estas investigaciones encontraron que los habitantes norteamericanos que viven en barrios llenos de locales de comidas rápidas tienden a ser más obesos que aquellos que viven en barrios con restaurantes más completos o de otros estilos de comidas.
La Dra. Virginia Chang fue la encargada de llevar adelante un estudio sociológico y de medicina para la Universidad de Pensilvania. Ella dice: "Mucha gente ha intentado entender qué ha hecho surgir la epidemia de obesidad y mucha gente tiene la hipótesis de que salir a comer podría tener algo que ver con eso. Nuestros hallazgos sugieren que el hecho de salir a comer no es algo necesariamente malo".
Dentro de estas investigaciones se ha demostrado que en los últimos años ha ascendido mucho el número de personas que comen afuera antes que hacerlo más saludablemente en sus casas.
La American Journal of Preventive Medicine realizó un estudio con más de 700 mil personas que durante cinco años respondieron una encuesta telefónica acerca de sus hábitos para las comidas. Se descubrió lo que se temía, la población norteamericana ha tomado como costumbre comer afuera y no controlar tanto su alimentación.
Para terminar con esto es imperante que se realicen campañas para que la gente coma mejor y más saludable.
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