Los recesos de verano o invierno son sinónimos de buen pasar, tranquilidad, estar con la familia y obviamente de comer mucho y mal. Por eso es que los niños y adolescentes aumentan tanto peso cuando se encuentran de vacaciones. 
Estudios realizados demuestran que los programas para comer bien funcionan, pero se pierde la constancia cuando empiezan las vacaciones.
La Agatston Research Foundation de Miami Beach, Florida realizó una investigación llamada: “Opciones más sanas para los niños de escuelas públicas”. Más de 3200 chicos, con mayoría de hispanos participaron de este estudio.
Recibieron, entre otras cosas, instrucciones sobre cómo manejar una dieta y cómo implementar la actividad física a la vida diaria de cada uno de estos niños.
Al volver de las vacaciones, luego de estos consejos, los niños no seguían perdiendo peso, sino que lo aumentaban durante el período de descanso. Lo que se vio aumentar y mucho fue el Índice de Masa Corporal, que determina si uno está gordo o no, mediante una cuenta matemática.
Esto preocupa mucho porque en el mundo las cifras de obesidad aumentaron considerablemente en los últimos años y se ve que los adolescentes no tienen una conciencia formada sobre el sobrepeso o la obesidad.
Las vacaciones sirven para descansar, disfrutar y poder pasar un buen momento en familia. Lógicamente se puede comer lo que uno le gusta para no recaer siempre en la rutina, pero se debe tener control para no echar a perder el trabajo hecho en el resto del año.
Artículos relacionados:
- EEUU creó un programa para eliminar la obesidad infantil
- El accionar de los padres puede ser muy importante en el peso futuro de los niños
No hay comentarios:
Publicar un comentario