Las madres siempre lo han dicho. “Come despacio...”. Uno nunca supo porqué era que insistían tanto en este punto, pero finalmente todo cae en su lugar. Se ha determinado que el comer a las apuradas es causa de obesidad. El estómago no llega a reconocer la comida que consumiste y eso provoca gordura.
El cuerpo recibe la sensación de saciedad gracias al hipotálamo, y un proceso que implica aspectos neurofisiológicos y hormonales. Normalmente el cuerpo humano tarda en darse cuenta que ya está lleno luego de 20 o 25 minutos después de haber comido. Se recomienda que el proceso de comida dure al menos 30 minutos, para no terminar con hambre ni comiendo a las apuradas.
Además de todo esto, comer despacio, es muy bueno para la digestión y de esta manera no acumular alimentos en el estómago que sólo producen sensaciones de pesadez y desgano. Al comer tranquilo y sin apurarse una persona puede incluso hasta comer más y asimilar mejor esos alimentos.
Para no comer rápido una de las claves sentarse a comer con tiempo suficiente para digerir bien los alimentas. La organización es fundamental. No apurar los platos y hacer un descanso entre el primer plato y el principal. De esta manera verás como tus hábitos alimenticios mejorarán y evitarás la obesidad.
Las causas de comer rápido pueden ser muchas: tal vez lo hagamos de forma inconsciente, o en realidad tenemos poco tiempo, o quizá nos organizamos mal o dedicamos a otras cosas el tiempo disponible para comer
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